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ENTREVISTA| Javier Arriagada Cruces: “La educación es un proceso dinámico y me siento preparado para asumir retos, ser proactivo e incluso ser quien proponga los cambios.”

Javier Arriagada Cruces es estudiante de la carrera de Pedagogía en Matemática, vive en Temuco y actualmente se encuentra realizando su práctica profesional con dos cursos de educación media en la Escuela Artística Armando Dufey Blanc.

Durante el año 2020, Javier desarrolló sus prácticas intermedias 1 y 2 en el Colegio Madre Admirable de Schoenstatt, pero esta vez, en un contexto totalmente diferente al acostumbrado, debido a la emergencia sanitaria por COVID-19 y confinamiento al que nos vimos expuestos.

Si bien en lo personal, reconoce que fue una experiencia, en un principio un poco abrumadora y desafiante, terminó siendo muy bonita y gratificante, lo que le permitió ver grandes resultados, motivándolo aún más a seguir creciendo y aprendiendo de esta profesión.

Este año, las cosas no han sido muy distintas, ¿cómo has desarrollado tu práctica profesional?

En nuestro caso, se nos dio la opción de elegir entre establecimientos que asignaran a los practicantes labores de manera 100% virtual o aquellos en donde la práctica fuera en modalidad híbrida. Personalmente, preferí asumir el desafío de la modalidad híbrida, considerando que es la que se impartirá cuando ya existan las condiciones sanitarias adecuadas, y en la que nos tendremos que desempeñar eventualmente. No quería encargarme solo de una parte de las labores docentes, sino más bien, quería llevar a cabo una práctica profesional que reflejara por completo la labor que voy a desempeñar como profesor en el futuro. Sin embargo, Temuco estuvo en fase 1 desde que comencé mi práctica profesional, por lo tanto, todo se ha realizado de manera virtual en la escuela y, ahora que avanzamos a fase 2, también se decidió seguir con esta misma modalidad, ya que no se sabe con exactitud cuánto tiempo estaremos en dicha etapa. Aunque la modalidad debería ser híbrida, como en casi todos los colegios, es algo que depende de cómo avance la situación sanitaria, lo que se decrete a nivel municipal y de las decisiones a nivel nacional.

Un apoyo imprescindible para tu formación ha sido el de la Unidad de Prácticas, ¿cómo ves este acompañamiento?

Estamos trabajando todos los viernes con capacitaciones en herramientas tecnológicas y siempre han tenido la preocupación de dejar a disposición el material de manera asincrónica. Actualmente, como estudiantes de la UFRO tenemos acceso de manera gratuita Wooclap, una aplicación muy útil para utilizarla en clases, lo que permite ir variando las aplicaciones y herramientas que utilizamos a diario.

El apoyo en particular de la profesora Mg. Elizabeth Henríquez, coordinadora de matemática, ha sido fundamental. Semanalmente nos reunimos con ella para compartir experiencias, recibir retroalimentación y apoyarnos entre futuros colegas. Estas sesiones se vuelven trascendentales, dado que sirven para intercambiar estrategias, aplicaciones y herramientas que resultan bien, así como también aquellas que no dieron los resultados esperados, lo cual nos permitía trabajar en herramientas para mejorar el material o nuestra modalidad al intervenir. De igual forma, contamos con un apoyo constante a través de WhatsApp, por lo que la comunicación es muy directa, instantánea y uno siempre sabe que puede contar con la profesora Eli.

Además, se nos asignó una tutora de la UFRO, en mi caso es la profesora Viviana Contreras, que más allá de ser la docente que revisa mis avances y supervisa mis clases, es una persona con muy buena disposición. Ambas se han convertido en imágenes a seguir para mí, profesionales que admiro y me gustaría seguir sus pasos a futuro.

¿Cuáles son tus expectativas y qué esperas que te deje esta práctica?

Es mi último paso por la Universidad como estudiante de pregrado; por esta razón, espero entregar lo máximo y aprovechar todas y cada una de las instancias que me permiten mejorar mis herramientas pedagógicas.

Sin lugar a dudas, cada uno de los procesos han sido un aprendizaje nuevo, comenzando con la práctica inicial que fue el primer desafío, seguida de la experiencia en un colegio 2×1, luego un año de prácticas en modalidad 100% online y ahora, la práctica profesional que no me dejará un simple conocimiento, sino habilidades, actitudes y competencias nuevas que me permitan analizar, aprender y ser versátil.

Javier tiene claro que los últimos acontecimientos han cambiado no solo la forma de enseñar sino también todo lo que rodea al área educativa. “La educación es un proceso dinámico y si en un futuro se implementan nuevas modalidades, me siento preparado para asumir retos, ser proactivo e incluso ser quien proponga los cambios”.